¿Tienes miedo a la oscuridad? Alguna vez nos hemos preguntado u otros nos han hecho esa interrogante en cualquier momento de nuestra vida. Cuando la noche se apodera de los recintos y donde la vista es un enemigo en el que no hay que confiar, nuestros más profundos pensamientos generan ilusiones o mejor dicho “seres” que nos acechan cuando las luces se apagan.

 

Puede ser un ruido o una sombra percibida lo que puede generar un terror en la persona y no le permite dormir. Esta fobia es conocida como nictofobia, el pavor a la noche o a la oscuridad.

 

El aumento del ritmo cardiaco, la continua sudoración, la obstrucción de cualquier pensamiento, las náuseas y el llegar a vomitar son los síntomas que mayormente se dan cuando una persona padece un episodio de nictofobia.

 

Los aliados que motivan esta patología son las películas de terror y todo lo relacionado a este género. Es como meter el dedo en la llaga si se permitiera a una persona con fobia profundizarla con lo que le teme más. Puede llegar a provocar en el individuo insomnio, varios

ataques de ansiedad y posibles problemas físicos.

 

Si crees que puedes estar en camino de contraer esta fobia o ya la tienes, la mejor recomendación que los científicos y los expertos dan es acudir a un especialista como lo es el terapeuta que conoce mejor esta fobia. Asimismo, es recomendable usar una lámpara de escritorio o un objeto que puede proveer de una luz tenue la estancia y así mejorar el sueño de la persona.